viernes, 16 de noviembre de 2007

"Habemus" pregonera...

Pues eso. Que tenemos pregonera de la Semana Santa de Huelva. Y, como suele ocurrir en estos casos, los medios locales se han apresurado a destacarlo en sus portadas dado lo histórico del hecho en sí. Nunca, en la historia cofrade onubense, una mujer se ha encargado de anunciar la Semana Mayor. La elegida ha sido la periodista de la Cadena Ser Esther Bazán. Sonaba también Inmaculada González, gran cofrade y directora de Canal Sur Televisión. Ayer, a las nueve de la noche, en un acto cargado de tradición, el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Huelva, Modesto Fernández Jurado, anunciaba la buena nueva.
Esther Bazán romperá la estética del Gran Teatro el próximo 9 de marzo, domingo de pregón, cambiando el clásico chaqué por la falda y se subirá al estrado para cantar su pasión por una tradición hermosa y compartirla con los asistentes. Sin embargo, nada más trascender su elección, surge peligrosamente entre algunos la palabra "polémica" por su condicion de mujer y la sitúan, injustamente, en un punto de mira ya caduco, ya machista, ya rancio.
Hoy hemos tenido oportunidad de charlar con ella en la radio y ha sido tajante: el Consejo ha elegido a la persona, no a la mujer. Y así fue remarcado intensamente en el acto. A pesar de ello, habrá quienes miren con lupa su pregón, la escudriñen con voracidad y rebusquen en la crítica sin descanso. Fui testigo de algo parecido en Sevilla, catedral por antonomasia de la devoción cofrade en el mundo cuando, en el 2000, la señera Hermandad de la Macarena permitía procesionar por primera vez a nazarenas. El Correo de Andalucía me encargó, junto al fotógrafo Sergio Caro, un reportaje que prácticamente se escribió por sí solo.
Ahora, es el turno de Esther Bazán en Huelva. Felicidades.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Anuario para todos

Acabo de recoger el nuevo anuario que la Asociación de la Prensa de Huelva ha tenido a bien publicar por vez primera en su historia. Su presidenta ha querido que quede constancia, a través de él, de algunos de los asuntos que marcaron la actualidad de una provincia como la onubense en 2006. Y ha querido, además, que sean las imágenes de distintos fotógrafos las que lo vertebren acompañadas de textos cortos. Los autores de las mismas pertenecen a alguno de los tres periódicos provinciales que hay ahora mismo y a agencias de noticias.
Independiente de la calidad de las fotos y de la selección (ésta última siempre subjetiva, como se reconoce en el propio anuario), es justo alabar el esfuerzo de la asociación, que toma una iniciativa interesante y atractiva, y la publicación de una obra de la que dudo que dispongan en muchas provincias españolas.
El periodismo local, a través de estas publicaciones, cobra especial sentido, aglutina hechos de trascendencia, los ordena y nutre a los ciudadanos de una visión profesional de lo que nos rodea, desde los grandes acontecimientos hasta lo más cotidiano.
Sobre las imágenes, cierto es que habrá comentarios de todo tipo en función de los gustos y de los hechos plasmados (a uno puede decirle más una foto del ascenso del Recre porque es un apasionado del fútbol y otro preferir el llano emocionado de un peregrino del Rocío porque se ve reflejado en ella). Cuestión de gustos y emociones, insisto. Pero la calidad fotoperiodística es cosa bien distinta y goza de otros matices.
Me quedo con pocas, muy pocas. Con alguna de Josué Correa (el gesto de dolor captado, en un plano en picado, casi a visa de pájaro, de un herido en un accidente laboral mientras es trasladado en camilla por varios bomberos, por ejemplo). Otras, en cambio, me parecen pésimas. Las podría hacer cualquiera.
Pero lo importante es que se han vuelto a publicar dentro de un anuario que pretende mantenerse en los próximos años. Que así sea.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Cine iberoamericano de categoría

En los tiempos que corren -hoy bromeaban en un conocido programa de televisión sobre la huelga de Hollywood afirmando que lleva ya varios años sin hacer nada útil- es un lujo poder ver cine distinto y más si se trata de una cinematografía, como la iberoamericana, de difícil distribución. Durante la semana del 17 al 24, Huelva acoge la trigésimo tercera edición de su festival, un clásico venido a menos en la última década pero renaciente tras la llegada de Eduardo Trías.
En siete días, el aficionado podrá disfrutar de una oferta única, nutrida y di-fe-ren-te. Sólo doce películas (de cientos que se presentaron) se han colado en la sección oficial procedentes de Méjico, Argentina, Brasil... y, de ellas, prácticamente la mitad son óperas primas. Que se apueste firmemente por la producción latina es meritorio y distintivo, pero que además un festival se la juegue apostando por lo novel añade ya un plurito de originalidad y riesgo descarado poco habitual en esto de los certámenes. De Huelva salió "Amores Perros", que más tarde encumbraría a González Iñárritu (después vinieron "21 Gramos", "Babel" y lo que está por llegar).
Hoy, el festival se ha presentado en Madrid. Se ha dado a conocer quiénes compondrán el jurado (Arturo Ripstein, Adriana Aizemberg...), la película que abrirá el evento ("Fados", de Saura"), y los homenajes (Maribel Verdú y Pérez Estremera), entre otros contenidos de interés.
El ambiente de cine está garantizado. El buen clima, la gastronomía y las gentes harán el resto.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Juan Cobos Wilkins y el "Torrevieja"

A vueltas con lo de los premios literarios, tengo que reconocer que hay veces en las que se hace justicia. Antes del Planeta se falló el Premio de Novela Ciudad de Torrevieja, con un ganador (José Carlos Somoza) y un finalista (Juan Cobos Wilkins). No conozco la obra de Somoza, pero sí la del riotinteño Juan Cobos, al que me une una gran amistad desde la primera entrevista que le hice para la radio con motivo de la publicación de su segunda novela "Mientras tuvimos alas". Ahora publica, con el marchamo del Torrevieja, "Un mar invisible". Y me atrevo a afirmar, aun sin haberla leído todavía, que no defraudará a nadie. Juan Cobos es un escritor excelente, que se ha labrado su carrera a base de sabiduría y dedicación extraordinarias.
"Un mar invisible" está ambientada en el tardofranquismo y arranca de una forma tremendamente cinematográfica (Juan es un gran cinéfilo). Un recluso, El Jara, al que le restan horas para conocer su sentencia acusado de asesinar a sus dos hermanas (una de ellas retrasada mental), reclama como último deseo la presencia de otro en su celda antes de conocer el ¿fatal? veredicto. El segundo es Lorenzo Alange, un profesor condenado por su homosexualidad y por su activismo político. Ambos mantendrán una larga conversación que se prolongará durante toda la noche y descubrirán mucho sobre sí mismos, una emoción e historias que se comparten con el sorprendido lector.
Juan Cobos ideó esta novela en la prisión de Huelva al comprobar durante una visita la gran afición literaria de los internos. De hecho, pusieron su nombre a un club de lectura. Lo que mucha gente no sabe (Juan sí) es que la antigua prisión onubense fue la cárcel de los homosexuales a los que la dictadura condenó sin más, como a tantos otros que padecieron injustamente una larga reclusión (¿será el caso de El Jara?). Entre los que pisaron suelo presidiario onubense se encuentra, además, el poeta Miguel Hernández, ejemplo paradigmático, al que seguramente Juan ha leído con profusión.
No sé si ustedes han leído algo de Juan Cobos Wilkins. Por esta vez, un premio literario acierta de pleno.

Un ejemplo de nueva organización

Interesante:

http://www.tecnobloggers.com/antoniomanfredi/2007/10/un-proyecto-en-red.html

viernes, 2 de noviembre de 2007

Premios "digital01"

Ahí van los cinco mejores productos tecnológicos del año. Para los amantes de las nuevas tecnologías y periodistas a los que les puedan resultar prácticos.
Los han elegido periodistas especializados. Más información en el enlace.

http://www.20minutos.es/noticia/300155/0/premios/digital01/productos/

El "Planeta" de unos pocos

Para empezar, aunque algo tarde, me gustaría hacer una reflexión en torno a la última edición del Premio Planeta. Lo ganó Juanjo Millás. Repasando algunas crónicas digitales del día después encontré un comentario al respecto muy interesante y que comparto plenamente. Decía alguien tras su nick que no entendía cómo este tipo de premios, de cien millones de las antiguas pesetas, se otorga a gente tan consolidada como Millás en vez de concedérselo a escritores menos o nada conocidos que, dinero aparte, andan más necesitados de una campaña de márketing bestial y una promoción que asegura la venta de miles de novelas y catapulta al autor a la primera línea del panorama literario nacional.
Un onubense residente en Madrid, Rafael Rodríguez Costa, quedó entre los últimos diez finalistas junto a Millás, Boris (¿?) y otros. Tuve la oportunidad de entrevistarlo horas antes del fallo. Rodríguez Costa ha resultado finalista en otras convocatorias de similar o parecida trascendencia pero no ha publicado ni una sola de las novelas con las que concursó. Ha estado a punto de degustar las mieles del éxito comercial, pero ninguna editorial quiere publicar sus libros. Tampoco Planeta, en el caso al que me refiero. Sin embargo, Rodríguez Costa no ceja en su empeño. Quédense con el nombre porque apunta muy buenas maneras.